Taller de escritura creativa

Halloween: Relatos breves de los alumnos del taller de escritura creativa

Halloween Relatos brevesEs Halloween y un asesino en serie se ha colado en nuestro taller de escritura creativa.

Uno de los ejercicios de esta semana para nuestros alumnos del taller, relacionado con la semana de la noche de brujas, consistía en escribir un relato breve. Cada relato narra el punto de vista de un asesino en serie que participa en el taller como un estudiante más.

El taller de escritura creativa se desarrolla en clases de 60 minutos semanales y tiene un precio de 39€ mensuales. Los talleres empiezan la primera semana de cada mes con un mínimo de 3 alumnos y un máximo de 6. Tienes más información aquí.

Estos son los tres relatos seleccionados:

Día 193 sin matar, otra vez a clase de escritura creativa. Bueno, así me distraigo, canalizo un poquito mis ganas de sangre y a la que escribo pues mato a tres o cuatro personajes, me calma. Pero no es igual. Llego tarde, ya están estos con sus cuentitos ñoños y retorcidos… ¡Que queremos sangre!

Ahora cuando lea el mío van a ver lo que es una historia de verdad, bueno lo que ellos no saben es que es tan verdad que lo hice hace 194 días.

¿Que qué opino del cuento del compañero?

Que la gente no quiere puntos de vista, quiere acción, desapariciones, pero que esta muy bien,… que podemos hacer otra vez el ejercicio ese, ellos lo empiezan y yo lo acabo.

Que no quieren que acabe sus cuentos… que si destripo a los gatitos y secuestro al abuelo…

Qué calor, me voy a quitar la chaqueta, mierda, estoy salpicado y esta sangre… a ver si nadie se entera.

Y encima esta que se me sienta al lado, quiere ir al baño y se me acerca, me hace mover la silla para pasar y me ve las manchas más de cerca, uff… momento tenso.

Y esas sirenas, qué suena, no, no, no puede ser,… cuando ha ido al baño ha llamado y me ha delatado por matar a su personajes.

Águeda Calvo.

 

Ya estamos otra vez en el taller, como todos los martes a estas horas. La verdad es que se me hace pesado obligarme a venir simplemente para rellenar el hueco entre mi salida del trabajo y el momento en que puedo empezar a vigilar las rutinas de Sánchez, pero escribir tiene su punto.

«¡Oh! ¿Me toca leer? Claro, aquí están mis deberes para hoy…»

En serio, no imaginaba que escribir me llegara a gustar tanto, aunque ahora, aquí sólo puedo pensar en que se acabe la hora…

«Sí, el escrito de Fer está muy bien, es un punto de vista interesante…».

Vale, ahora va a tocar el de la pedante de voz de pito. Cuando me cargue a Sánchez, debería ir a por ella, siempre con su apariencia de no haber roto un plato. No la aguanto. Uy, que acaba de leer, toca sonreír… ¿Y qué narices digo si no la estaba escuchado?

«Sí, has dado un giro curioso». Pero no escribes tan bien como yo. Espero no haber dicho lo último en voz alta.

«El de Águeda es tan onírico, que ojalá hubiera escrito yo eso». Jo, y es que esa chica sí que hace cosas chulas.

Venga, Alba, danos los deberes de la semana que viene, que estoy impaciente por hacerlos, pero déjanos que salgamos un poco antes.

Hoy no quiero que Sánchez se me escape. Hoy debería ser el día propicio, porque sale con la bici a estas horas por el parque de al lado de su casa. Hoy Sánchez es historia.

Y después vas tú, mediometro desquiciante.

Victoria Alcaraz.

 

Otro martes más aquí. No se está mal, considerando la alternativa: aguantar a mi mujer y a mis hijos. Además me procura una coartada interesante. ¿Dónde estuve el martes pasado, sobre esta hora? En el taller, naturalmente. Sin embargo, es preciso que haga acto de presencia con cierta regularidad. Matar es un arte, y como arte se perfecciona a base de práctica y disciplina. Diría que mi técnica ha mejorado mucho con los años. Sin embargo, es mi creatividad lo que me preocupa. Soy un sádico que mata por diversión, y esto me convierte en un loco, si obviamos que la máxima de que ningún loco cree estarlo, aunque no estoy convencido de esto. En cualquier caso, como ya digo, es mi creatividad, la falta de ésta, lo que me preocupa. Pero en esta pequeña habitación hay grandes mentes de las que salen ideas macabras y originales. El tipo del jersey de rayas me dio algunas buenas ideas pero ya no mata a nadie en sus escritos, así que carecen de interés para mí, al menos de momento. Sin embargo, las otras dos chicas parecen conocer bien el negocio de los crímenes en serie. Sobre todo Vicky. Tiene cara de ser capaz de cosas así, aunque tal vez me equivoca. Águeda también tiene buenas ideas, pero más difíciles de aplicar.

Veamos, ¿qué día es hoy? Debo cometer un asesinato la semana que viene, sin falta. No conviene dejar que se seque la sangre en el cuchillo. Lo más importante: debe ser alguien de los que se encuentran ahora mismo en esta sala. ¿A quién elegiré?

Fernando Prieto.

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